Todas las reformas a las que nos enfrentamos nos presentan un desafío distinto. En esta vivienda del centro de Madrid, el principal objetivo era sacar el máximo rendimiento al espacio.
¿Nuestra solución? Aprovechar la altura de los techos para jugar con un foseado en el salón, logrando transformar una única estancia en tres: salón, comedor y cocina. Tres espacios distintos pero unificados por un diseño basado en la combinación de elementos negros, protagonistas en toda la vivienda, con acabados en madera y tonos blancos. Un estilo elegante a la par que fresco. En el dormitorio también quisimos aprovechar hasta el último metro cuadrado. Para ello, apostamos por construir los armarios de suelo a techo, creando un espacio más amplio en el que el resto de muebles pudiesen tener el protagonismo que merecen.
¿Un toque que nos encanta? Sin duda las lámparas colgantes que protagonizan la iluminación de la vivienda
